A principios de diciembre pasado publicamos la camiseta de la primera equipación del Club Polideportivo Oliva. Fue una manera de conocer la historia, detalles y la situación actual del club. Recientemente, la casuística me llevó hasta tierras extremeñas con la necesaria obligación de desplazarme unos pocos kilómetros más, para culminar mi viaje en el Complejo Deportivo Basilio Sánchez Núñez.
Fue
sencillo concretar un encuentro para conocer in situ aquello de lo que había
redactado desde la distancia y como no…, hacernos con la camiseta de la segunda
vestimenta. Arlequinada también, por supuesto.
Recorrimos
las instalaciones, la grada donde los oliver@s apoyan en cada jornada a su
equipo. Descubrí aquellos lugares especiales que convierten una construcción de
hormigón en un templo, donde rinde homenaje a personas que forman parte especial
de la familia del Polideportivo.
Con mi
segunda equipación en la mano, recibí otro regalo. Un detalle, del cual, desde
estas líneas quiero de nuevo agradecer a su directiva por hacerme entrega de la
camiseta del 25º Aniversario. Un verdadero tesoro que forma parte y reside en un
lugar especial de la colección de Camisetas Arlequinadas.
Comentamos
entre charla y charla sobre el play-off que preparaban en sesiones de entreno
como la que en las instalaciones anexas de daba en aquel preciso momento.
Un
Play-off cargado de situaciones como mínimo curiosas, rocambolescas incluso. Comenzando
por la configuración de dicha competición para logar el ascenso. Recordamos que
el polideportivo acabó en segunda posición del Grupo 2 de la Preferente
extremeña. Configuración que, según la
categoría, se gestionaba de una u otra manera desde la Federación Extremeña. El
sorteo emparejó a nuestro protagonista con el Campanario, un duro rival en todos
los ámbitos. El atípico sorteo de la superficie de juego, no beneficiaba al
club arlequinado que lucharía por el sueño del ascenso en Almendralejo.
Todo
preparado para 18 de julio. El club, debido a la imposibilidad de que los
aficionados puedan seguir y animar in situ a su equipo, gestiona la
retrasmisión del partido en Streaming. Un enorme detalle para su afición y
seguidores. Bendito trabajo el que realizaron pese a mil y un inconveniente,
plasmando el hiriente espectáculo que allí se dio. (pese a miles de
contratiempos el esfuerzo titánico que se realizó para llevarnos las imágenes
tanto a los aficionados del Oliva como también a los del Campanario merece un
verdadero reconocimiento)
En lo
deportivo, por suerte, nada que remarcar. Una derrota justa sin entrar a
valorar la expulsión de Jesús Méndez en el primer tiempo que condicionó el resto
del encuentro. Pero las circunstancias más allá del verde que rodearon la
disputa del encuentro merecen un buen artículo.
El
Polideportivo luchó en igualdad de condiciones frente al Campanario en lo que,
a viento y apagones de luz se refiere. Donde no hubo equidad fue en las
“invitaciones” que otorgó la federación a personas ligadas con el Campanario. Aparentemente
colaboradores del ente federativo que, a todos los efectos, presenciaron el
encuentro como unos aficionados más del club. Dada la relevancia del partido,
una falta de tacto total por parte de aquellos invitados y no cabe duda, de su
anfitriona, la federación.
En lo
personal fue una tarde-noche donde el cruce de emociones, sin sentidos e
incluso indignación afloraban de principio a fin. Estas sensaciones nos llevan
a entender, que el fútbol regional sigue descuidado. Mucho es el trabajo que ha
desempeñar todas y cada una de las federaciones territoriales para con sus
equipos. En este caso, dejaron mucho que desear.
Hablamos
de las camisetas.
De la
segunda equipación, poco podemos añadir respecto al post donde describíamos la
de “casa”. Cambian los colores pasando a ser blanquiazul. Tal cual queda
reflejada en una de las fotografías que tomamos, en esta ocasión junto al
marcador. En él se homenajea a una persona entrañable para el club, Don José
Toscano Sánchez, “Mister”.
Cuadros, ahora viene el detalle más relevante, para esta camiseta y teniendo como referencia una infinidad de fotografías aportadas por los aficionados al club. Cambian su distribución situando el color rojo en el cuadro de la izquierda, donde se aloja el escudo de la entidad engalanado por una banda que hace referencia a la efeméride. Un detalle curioso que hace de esta camiseta una prenda aún más especial.
Con el
cuello característico de la época, en el que se combinan el rojo y blanco, nos
vamos a la espalda. Toda de color rojo cuyos números blancos resaltan
sustancialmente, así como las mangas blancas. Para la parte delantera, estas
mangas alternan sus colores respecto a los cuadros.
Vamos
CP Oliva…!!!
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