Los últimos metros a recorrer de la
N141c, me permiten descubrir una pequeña edificación que sirve
tanto como de vestuarios, oficinas e
incluso como almacén de
historias,
en un campo de fútbol que representa con orgullo a la población que
arranca tras una de sus porterías.
Se
sabe de la práctica del fútbol en la población mucho antes de la
constitución oficial del club del cual presentaremos hoy su
camiseta. Esto es prácticamente lo primero que escuché del Sr.
Jaume Tarter Creus, actual presidente del C.F. Collsuspina nada más
realizar las presentaciones.
Los
muchachos de la zona, forofos del fútbol, seguidores de los
diferentes equipos de los cuales escuchaban sus partidos a través
del transistor, leían las múltiples crónicas en la prensa y en
ocasiones acudían a los estadios para disfrutar en vivo de ese
deporte que despertaba verdaderas pasiones al país. Todo esto,
sumado a la posibilidad de aprovechar los terrenos de la zona para
albergar un campo de fútbol,
formaba todos los ingredientes
de un cóctel cuyo resultado
sería la creación de un
equipo de aficionados que practicaba este deporte enfrentándose a
los diferentes equipos de las poblaciones vecinas.
Tras
el paso de los años, la disputa de partidos fue menguando hasta
llegar prácticamente a la desaparición de
este deporte en la población.
A principios de los 70 el futbol volvió a revivir entre los jóvenes
de Collsuspina, seguro que la influencia de un CE Sabadell en
primera división volvía a
acelerar
la creación del equipo de la población, en esta ocasión lo haría
de forma oficial inscribiéndose en la federación catalana en el año
1972,
como Club de Fútbol Collsuspina.
Entendiendo
que fue un paso no exento de complicaciones, muchos aspectos del
proyecto no dejaba de ser continuista
recuperando en cierta manera a aquella estructura que como
aficionados ya habia nacido en la población.
Así como las equipaciones a utilizar, pues aquella afinidad por los
equipos que disputaban sus partidos en la 1ª división nacional, se
concentraban en gran medida sobre el CE Sabadell. Desde que se
disputan encuentros en Collsuspina, ya fueran de aficionados o de
manera federada. Los colores azul y blanco han formado parte de la
equipación siendo el arlequinado la manera de combinarlos en sus
camisetas. Existe un detalle muy importante a tener en cuenta, pues
la personalidad de aquellos muchachos quedó reflejada en sus
camisetas desde el primer día que las vistieron. A diferencia con
las camisetas del equipo en el cual se inspiraron, la franja vertical
que define los cuadros se inclina de derecha a izquierda. Este gesto
le aporta un carácter único a la entidad. En la actualidad el
diseño ha sufrido una variación, que seguro no tardará en retornar
al de sus orígenes.
Durante
nos primeros años de vida, fueron diferentes los presidentes que
tomaron las riendas de la entidad. Ramón Cabanes fue el primero en
representar aquella junta, en la que se encontraban personas como
Josep Oller, (Can Xerina) y Josep Comelles (El Toll), sendos
presidentes que relevaban sus cargos tras permanecer por 4 años
cada uno. Desde entonces el club ha estado dirigido por numerosas
personas en lo que a junta se refiere, pero como representante de la
misma y presidente del club hasta la actualidad esta figura cae en la
persona de Jaume Tarter. Hombre
que junto al lateral del campo, explica mil y una anécdotas que se
han acontecido en aquel terreno de juego que cuenta con hierba
natural desde finales de los 80, inaugurada concretamente el 17 de
agosto del 1988.
Unas
instalaciones que han visto la disputa de partidos tan variopintos
como el que llevó al CE Sabadell en la celebración del vigésimo
aniversario del club de la comarca del Moianès allá por el 92.
Diversas han sido las ocasiones en las que el mismísimo Johan Cruyyf
ha disfrutado tanto de terreno de juego como de la gastronomía de la
zona, rodeado de buenos amigos. Incluso diversos jugadores de elite
han utilizado sus instalaciones para realizar campus de
tecnificación.
Un
lugar de precioso encanto en el que he de confesar que poco antes de
marchar, tras despedirme de nuestro anfitrión, ya en el coche, quedé
prendado al ver una verja de hierro que da acceso a la mismísima
línea que recorre el lateral del terreno de juego. Justo un par de
metros antes de llegar a ella, lograba leer integrado a hierro entre
las barras que forman la estructura de la misma, el nombre de la
entidad. La niebla que caía lentamente con la entrada de la noche,
imprimía un cierto romanticismo en la atmósfera. El escenario era
digno de cualquier campo de futbol inglés de las divisiones
inferiores, aunque nada tiene que envidiar a aquellos campos aquel
terreno ubicado en la meseta de la comarca del Moianès. Apenas
lograba ver ambas porterías, no hacía falta, ya que apoyado en la
verja podía respirar a fútbol. Sentir las emociones de los goles,
alguna que otra derrota e incluso imaginar momentos difíciles.
Alguno
de ellos, tanto como para hacer bajar la mirada de su presidente
durante unos segundos mientras tan solo unos minutos antes de su
marcha me explicaba el momento más difícil por el que puede pasar
un presidente, el equipo, la misma población. Al truncase la vida de
una persona en un terreno de juego durante la disputa de un encuentro
de fútbol. Sirva desde aquí un pequeño homenaje.
Fútbol
que se disputa en la actualidad bajo el amparo del grupo IV en la
cuarta catalana. Manteniendo desde hace unos quince años, un único
equipo en su estructura. Una filiación con el C.E. Moiá, debido a
un cordial entente entre sus directivas, permite a ambos clubs tener
un beneficio mutuo en diversos aspectos. No olvidaremos la tremenda
rivalidad que ha existido durante muchos años entre ambas entidades.
De momento esto quedaría solamente para el terreno de juego en caso
de coincidir en categoría y grupo.
Examinamos
la Arlequinada del C F Collsuspina...?
Desde
sus inicios los colores azul y blanco han formado parte de la
equipación de este equipo, ocupando el color blanco la parte
superior izquierda. En este cuadro se encuentra el escudo del club.
Dentro de un pergamino rodeado por ramas de laurel y trigo se
encuentra un ovalo arlequinado con un balón de fútbol en su centro,
todo ello sobre el nombre del club que lo rodera en forma curva por
la parte inferior. Emblema original de la entidad cuyo diseño se ha
visto actualizado con el paso de los años al incorporar en ambos
costados del pergamino sendas ramas del cereal.
La
formación de los cuadros característica de este club, comprendida
por una línea vertical en diagonal, como comentamos con
anterioridad, desde la primera equipación, pese a recibir
influencias del CE Sabadell, quisieron aportar personalidad a su
camiseta formando de esta manera el arlequinado final. La línea
horizontal queda algo disimulada por el logo del patrocinador
principal. En este caso se trata de la empresa de montaje de
estructuras en acero, Estructuras Dace S.L, sita en la cercana
población de Vic.
Las
mangas junto con el ribete del cuello redondo en azul, le aportan el
equilibrio de colores que predomina tanto en la camiseta al ser la
tela de ambos costados en blanco. Los puños en negro, un remate
práctico en una zona de la camiseta muy sufrida.
Si
nos vamos a la parte trasera los cuadros se mantienen, en el mismo
orden que en la delantera. Únicamente alterados por el dorsal en la
camiseta. La fuente utilizada en el dorsal le aporta al color negro
del mismo, un cierto dinamismo. Si nos acercamos al detalle, la
sublimación en la camiseta, nos permite apreciar un fino borde en
blanco que permite al color negro resaltar sobre el azul del cuadro.
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5º aniv. penya barcelonista Collsuspina |
Una
camiseta de largo especial debido a su personalidad, no únicamente
se debe a un diseño temporal si no que obedece al estilo que desde
sus inicios adquirió como suyos, me atrevería a decir a estas
alturas que único entre las múltiples equipaciones arlequinadas que
forman parte de la colección. Lugar desde donde queremos agradecer
al club con su presidente al frente, su colaboración con esta
prenda, a seguir recogiendo pedazos de historia a través de una
camiseta.